LA MISMA HISTORIA


Han pasado las horas y las nubes.
En su cerebro flotan todavía
vestigios del alcohol y de la noche.
La resaca, como un tiburón blanco,
desgarra a dentelladas la memoria.

Paseo de borrachos, y la luz
surgiendo en los cristales del Bancaya
como si el sol brotara entre sus muros.
Paseo de borrachos. Y palabras
que hablaron del amor, también del tiempo.
¿Qué quedará después sino el recuerdo
de los besos, la nuca, los abrazos,
un fragor de autobuses, una monja,
el agridulce trance del adiós?.
Ya presiente la angustia aunque se calla.

Otra noche vendrá y será distinta
la forma de escribir la misma historia.
Miserable ternura. ¡Cago en Dios!